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domingo, diciembre 20, 2009

Paúl Vélez es el mecenas de los juveniles

El pasado 16 de octubre se gestaron nuevos desafíos en Paúl Vélez: ganar el campeonato ecuatoriano de fútbol y clasificar a Deportivo Cuenca a la Copa Libertadores 2010.

Ese día, el entrenador cuencano y su equipo colorado dieron el gran golpazo de la tercera etapa. Con un zurdazo letal de Ismael Villalba, y tras una estupenda presentación individual y colectiva, el “Rojo” hizo añicos los pronósticos y se bajó al ultrafavorito Emelec en la ardiente caldera del Capwell.

Ese encuentro resultó un verdadero test para el entrenador cuencano. Pero él salió airoso. Su capacidad quedó una vez más en evidencia, y por ello, hizo sentir otra vez a la hinchada la ilusión de vivir una nueva Copa Libertadores.

Después de esa victoria D. Cuenca se transformó en un verdadero tren subterráneo sin frenos y arrolló todo lo que se puso al frente: rivales, favoritismos, problemas salariales, prejuicios. Todo ello vino de la mano del estratega nacido hace 38 años.

Vélez, un hombre afable, planificador, metódico, minucioso, gusta de sobremanera la dinámica y la considera fundamental en el estilo del fútbol contemporáneo. De hecho, él concibe ese término tal cual lo profesaba Johan Cruyff, el DT que entre 1990 y 1992 hizo del Barcelona el mejor equipo del mundo.

Vélez y Cruyf entienden a la dinámica como el producto del enlace perfecto entre la precisión y la rapidez, unos patrones de juego que Deportivo Cuenca mostró en la etapa definitoria del torneo y que enrumbaron al equipo a calificarse entre los 32 mejores de América por séptima vez en 38 años de vida institucional.

Paúl Vélez lo hizo como en 2008. Lo logró al transformarse de la noche a la mañana en una especie de redentor.

Pero eso es historia nada más. Hoy la palabra y la acción absolutas son del entrenador cuencano. Él, en una charla con Diario El Tiempo, cuenta lo que pasó, lo que ocurre, y lo que quiere en 2010.

Son las 11:00 de una soleada mañana de un día cualquiera y el DT, desbordado de humor y de alegría, toma asiento en una cafetería de la ciudad y pide un jugo natural de mora…

Sus días como asistente técnico quedaron archivados, hoy firmó un contrato como DT titular y aquello implica afrontar como tal el torneo nacional y un grupo de Copa Libertadores tan difícil. ¿Siente miedo?

(Sonríe irónicamente y lanza un suspiro) La verdad que usted me enfrenta por primera vez con esa palabra. No había pensado en ello. Pero digo que ahora será más fácil porque vamos a estar al día con los sueldos y no como cuando he tomado al equipo con tres o cuatro meses sin cobrar, y con jugadores que no se entregan al 100 por ciento por falta de dinero. Con esto no quiero decir que nos va a ir bien, pero nos debería ir bien porque queremos seguir trabajando con honestidad.

La identidad del D. Cuenca 2010 será el resultado de su trabajo, algo que no ocurrió cuando sucedió a Perrone y a Duró ¿Cuál será entonces la identidad que quiere imprimir en la nueva temporada?

Quiero un Cuenca que juegue bien, que sea agresivo y siempre vaya al ataque. Quiero un equipo que guste a la gente, que llame la atención a la hinchada y genere espectáculo.

¿Qué es gustar y generar espectáculo para usted?

Es jugar con la pelota a ras de piso; crear constantemente oportunidades de gol, quiero un equipo que sea veloz, que tenga precisión, jugar a uno y dos toques.

Dice que quiere velocidad pero ¿cómo lo logrará si Juan Carlos Paredes finalmente se va y si Preciado y Matamoros fichan por otros equipos?, algo probable.

Espero que los tres jugadores puedan seguir. Ellos son prioridad. Pero si se van al menos que se vayan por precios justos y no que se vendan porcentajes de sus derechos en precios bajos.

¿Se refiere a Juan Carlos Paredes?

Sí, a Paredes, a Polo Wila, que por necesidades del club se tuvieron que negociar sus derechos. Creo que el precio de la venta de Paredes ha sido muy bajo. Si se vendían sus cartas pase dos o más años después se hubieran ido por 500 o 600 mil dólares. Por ejemplo Preciado es un jugador que vale un millón de dólares y en las pocas chances que tuvo rindió más que un extranjero que jugó todo el año y apenas marcó siete u ocho goles.

¿Habla de Ismael Villalba?


Sí, de Villalba y también de Rodrigo Teixeira. Ellos jugaron todo el año y no llegaron a producir lo que Preciado, un futbolista que tiene gol y juega bien, que el país tiene poco.

¿A Villalba le dolió la salida de Duró al punto de molestarle su presencia?

La verdad con Villalba es que sentía muy protegido por el profe Duró, y al ver que ya no estaba, digamos que optó por tener un cambio en su actitud. Él trató de cambiar, pero creo que ya no dependía de él.

Pero la relación nunca se compuso

Yo pensaba que sí, pero en los últimos dos partidos me dí cuenta que no fue así porque tuvo malas actitudes.

¿Se refiere al gesto que hizo luego del gol ante el D. Quito? ¿Ese gesto fue una dedicatoria para usted?

Sí, sí, sí. Fue para mí y él lo sabe.

¿Entonces la mala relación y el gesto que hizo fueron determinantes para que él no siga en el equipo?

No, para nada. Rodrigo Teixeira también se ha enojado cuando le ha tocado salir. Villalba no sigue por un tema futbolístico y no personal. Si yo tengo a Villalba y a Teixeira tengo que dejar en la banca a Preciado, y Preciado va a ser titular. Entonces uno de los dos se quedará en la banca y no quiero un jugador extranjero en la banca.

¿Por qué se tornó complicada su negociación con la directiva?


Yo no pensaba ser técnico todavía. Yo planificaba un proceso y dentro de dos años lanzarme a ser técnico. Pero las cosas se dieron antes y lo que quería era definir mi estabilidad en el tema económico.

¿Usted fue escogido especialmente por su capacidad de volver figuras a algunos jugadores juveniles?


Puede ser. Tenemos un proyecto de trabajar con gran dedicación y responsabilidad con las divisiones inferiores para más tarde ganar torneos con su calidad. La idea también es luego venderlos y fortalecer la situación económica del club. Ese trabajo es clave en el fútbol y así los campeonatos llegan solos. Por suerte eso se puede hacer porque tenemos directivos con la capacidad de Julio León, Pedro Peña, César Martínez, que respaldan a los jóvenes, creen en los procesos y ven al equipo como una empresa. Sin ellos nada de eso se podría hacer.

¿Usted tiene la sensibilidad desarrollada para identificar a juveniles de calidad?

No lo sé. Pero sí es así es gracias a Dios. Él me guía. También veo mucho fútbol y sigo a los futbolistas desde sus inicios.

¿Cuáles serán sus ejes de trabajo para 2010?

Tiene que ser un trabajo integral. Llegar al máximo nivel técnico, táctico, psicológico, disciplinario y físico. Es fundamental que los jugadores del Deportivo Cuenca entiendan que son los mejores.

¿Cómo un DT joven y sin mayor experiencia en la Serie A se gana el respeto en medio de un clima adverso?

Hablando mucho con los jugadores; imponiendo personalidad sin mala educación, trabajando con honestidad y también gracias al respaldo que tuve de la gente de experiencia como García, Ramos, Morán, Moreno. Eso fue clave.

¿Qué sensaciones le dejó el Grupo del D. Cuenca en Copa Libertadores?

¡Uy! ¡Ese grupo es muy fácil! (lanza carcajadas) (…) La verdad es durísimo, el más duro que nos ha tocado. Son equipos muy rápidos, muy buenos que juegan bien al fútbol. Es muy parejo y el Cuenca tiene las mismas chances que el resto. El Morelia es el más fuerte, el más veloz, el más rápido.
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