El mejor año en la historia del Expreso
La historia comenzó con Guillermo Duró como cabeza de un equipo clasificado para jugar el repechaje de la Copa Libertadores de América 2009, y que había hecho muy poca inversión en el mercado de transferencias. Norberto Orrego, Ismael Villalba y Rodrigo Texeira eran los extranjeros, y con eso se lanzaron al ruedo en el torneo continental.
Los Morlacos avanzaron a la segunda ronda tras superar al Deportivo Anzoátegui de Venezuela, y así quedaron emparejados en el grupo 2 junto a: Boca Juniors de Argentina, Guaraní de Paraguay y Deportivo Táchira de Venezuela. Tras librar más de una batalla, finalmente los ecuatorianos superaron esta etapa por primera vez en su vida. Sin embargo, la suerte no acompañó al equipo en la llave frente al Caracas FC; donde finalmente le dijo adiós al torneo. Paralelamente el equipo empezaba a vivir algunos problemas económicos y se quedaba sin boleto para los cuadrangulares finales en la Copa CREDIFE.
Orrego dejaría el equipo, y la dirigencia fichó a los también argentinos: Esteban Dreer y Diego Ianiero para su arco y zaga. Guillermo Duró no recibió el aumento salarial ofrecido, y por decisión propia abandonó la institución; mientras que el grupo solicitaba pacientemente el pago de varias mensualidades atrasadas.
Y no pudo pasarles nada mejor. Deportivo Cuenca ganó en corazón, amor propio y además jugaba bien. Su gran base de cantera permitió sostener al equipo bien concentrado y así, apuntaría su nombre en los cuadrangulares finales. Ya en esta instancia, y con Emelec como gran favorito, los morlacos romperían todos los pronósticos de la mano de un ya probado Paúl Vélez en su banquillo, haciéndose con el cupo para jugar la gran final contra un Deportivo Quito embalado en cuanto a resultados.
Sí, la final la perdieron, pero dejando hasta la última gota de sudor sobre el terreno de juego, y así cerrando una campaña que jamás se olvidará en la afición colorada. Su dirigencia hace las cosas bien y se las arregla para cumplir con las millonarias deudas de la institución. Por todas esas razones, el gran recibimiento de la Crónica Roja cuando el equipo regresó derrotado a Cuenca, fue absolutamente merecido.
Un club arraigado en nuestro fútbol. Un equipo que año tras año crece en lo deportivo, y que poco a poco se gana un nombre en el concierto continental. El Deportivo Cuenca dejó claro que a un equipo de amigos no le gana nadie, y contra todos los pronósticos se llevó el segundo lugar en la Copa CREDIFE 2009.
¡Salud al subcampeón del fútbol ecuatoriano!
Fuente: futbolecuador.com
