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jueves, noviembre 26, 2009

Las bromas matizan las prácticas ‘rojas’


Dep. Cuenca no conoce las tensiones en los días previos a la final. Quiñónez le sube el ánimo a sus compañeros.

Nueve y cuarenta y cinco de la mañana: la plantilla del Deportivo Cuenca, primer clasificado a la final del Campeonato Nacional, arriba al complejo de Patamarca para su entrenamiento diario. Édison Preciado es el primero en ponerse los pupos y enfundarse el uniforme de entrenamiento.

El orense concede entrevistas a los medios radiales, mientras Marlon Moreno lo molesta para intentar confundirlo y no dejarlo expresarse bien ante los micrófonos. Los dos se ríen del trabalenguas que le sale a Preciado, ante la sonrisa cómplice de los periodistas. El resto del plantel, entre palabras y bromas, alista su indumentaria para la práctica matutina.

El reloj sigue su curso y marca las 10:00. El mayor Pablo Bravo, preparador físico del equipo, llama al grupo de jugadores hasta la cancha principal del reducto deportivo. El último en ingresar al gramado es el delantero brasileño Rodrigo Teixeira, quien termina de conversar, masticando una mezcla de español con portugués, sobre su pasado barcelonista.

Pasan tres minutos y el grupo de futbolistas salta al rectángulo verde de entrenamiento: Marco Quiñónez, quien diez minutos antes mostraba un rostro de seriedad ante las grabadoras, empieza con lo que mejor sabe hacer: “cargárseles” a sus compañeros de equipo

El ex Emelec es uno de los más expresivos del grupo y con un “este negro sí que toca bien la pelota”, califica un autopase que practica Juan Carlos Paredes.

El profesor Paúl Vélez con su característica seriedad, llama a los jugadores para que formen una pequeña luna alrededor de él y escuchen su charla previo a la práctica.

Antes de que el profesional cuencano dé las indicaciones diarias, Quiñónez irrumpe en Patamarca y con un vozarrón suelta un: “señores, buenos días, cómo andan”, remedando de esa forma la típica frase con la que Vélez casi siempre abre en las mañanas.

Luego de una larga risa colectiva, el grupo de futbolistas se enfoca en el discurso de Vélez - técnico ecuatoriano que ha llevado dos veces al Cuenca a la Libertadores-.

En el complejo se respira un ambiente totalmente diferente al de principios de año, cuando a la plantilla se le llegó a deber hasta 3 meses.

Hasta Luis Capón, más conocido como el viejo ‘Lucho’, quien es el encargado del cuidado de las canchas de Patamarca y sus alrededores bromea con los reporteros amenazándolos con su machete por estar muy cerca del gramado.

Luego de 20 minutos de diálogo Vélez da por iniciada la práctica con el juego del ‘torito’. Quiñónez, quien a decir de sus compañeros es el más chistoso del grupo, lo cual salta a la vista, se frota las manos tras saber que tiene que golpear los glúteos de Marvin Corozo, como penitencia, mientras el defensa Diego Ianiero le dice: “apuráte, apuráte, que hay que seguir jugando”.

El momento recreativo da paso al trabajo diferenciado: cuatro equipos de seis jugadores cada uno luchan en dos sectores distintos de la cancha en busca de 60 pases y ganar el aplauso de los compañeros. Al mismo tiempo, en un vértice de la cancha los cinco porteros del “Expreso Austral”, bajo la batuta de Juan Carlos Benítez, realizan ejercicios de reacción.

“Este Cordero si que está perdido”, manifiesta Pablo Arévalo, ya que “El Corcho” es el más impreciso en el juego de los pases.

Finalmente el grupo de Hólger Matamoros, John Narváez, José Granda, José Valdivieso, Jefferson Nájera y Édison Preciado gana por ser el más funcional a la hora de pasar la número 5.

Luego, Pablo Bravo lleva a un grupo de 15 jugadores a realizar trabajos al gimnasio, mientras otro efectúa labores físicas en la cancha

Luego de concluir las prácticas en el gimnasio, Rodrigo Teixeira se le pega a José Granda, quien se encuentra listo para ducharse, pues solo lo viste una toalla, entonces el brasileño intenta quitársela, pero el ‘Flaco’ se da cuenta de la intención de su compañero y agarra bien la tela

Marlon Moreno quiere ser parte del asunto, pero la advertencia de Granda puede más que las pretensiones del lateral derecho.

Al medio día termina el entrenamiento y con ello las bromas se acaban, la seriedad vuelve a sus rostros cuando enfrentan nuevamente a las grabadoras, los micrófonos y las cámaras.

Solo hay un tema para tratar: la final contra Deportivo Quito, una instancia a la que los jugadores ‘colorados’ llegaron sorprendentemente. Después de los problemas económicos y la salida del DT argentino Guillermo Duró.

Ahora tienen la posibilidad de meterse en una historia no muy grande del Deportivo Cuenca. La ocasión perfecta para otorgarle al equipo su segunda estrella.

Vélez ya tiene su once definido
El técnico del Cuenca, Paúl Vélez, tiene previsto seguir con la misma fórmula que le ha dado resultados en los últimos partidos del torneo local y no alista variantes en su once para medir a Liga (Q) en el estadio “Alejandro Serrano Aguilar”, en el primer partido por la final del campeonato, programado para el domingo al medio día.

Por lo visto en los entrenamientos de esta semana los ‘morlacos’ saltarían con el argentino Esteban Dreer en el arco; John Narváez, Diego Ianiero, Marco Quiñónez y Marcelo Bohórquez en la defensa; Giancarlo Ramos, John García, Juan Carlos Paredes y Hólger Matamoros en la línea de volantes, y en la delantera harán pareja Ismael Villalba y Édison Preciado.

Las entradas para la primera final ante el Quito saldrán a la venta mañana y los hinchas ‘colorados’ podrán adquirirlas en las oficinas del estadio.

Los precios son: general, 10 dólares; tribuna, 20; y palco, 30; el dinero que se recaude de la taquilla se utilizará exclusivamente para cancelar las deudas por concepto de salarios de los jugadores. (ACG)
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