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sábado, abril 06, 2013

Emotivo triunfo del Deportivo Cuenca

Fue una de esas noches en las que tiempo vuela y puede pasar todo y nada. Una noche con matiz de final, particularmente intensa. Con esas aristas Deportivo Cuenca derrotó 2-1 a Macará y obtuvo el primer triunfo del año ante unas 18.000 personas que alentaron toda la noche más allá de la adversidad de algunos momentos.

Guillermo Rivarola no se va. Se ha quedado en el equipo por el tenaz empuje de los jugadores. El lunes, el DT tenía medio cuerpo afuera del club dado que su renuncia fue aceptada por la dirigencia, pero el plantel se echó al fuego por él y, en medio de un clima denso, pidieron que se quede.

También pidieron que la entrada al partido de anoche sea gratuita y exhortaron al hincha a llenar el estadio. Y así ocurrió. Con apenas unos pocos vacíos en la tribuna baja, Deportivo Cuenca salió de la hoguera y ha levantado vuelo. Por eso “el vestuario está feliz”. Por eso la celebración en la intimidad ha sido de plena felicidad, como contó anoche un Rivarola profundamente emocionado.

La velada empezó mal. Muy mal. Fue un calco de lo que ha ocurrido en el arranque de temporada. El Cuenca salió a fusilar a su rival. Lo sometió, pero la pelota no entraba.

Fue el mejor partido del año del equipo, pero un error en la defensa al minuto 27 derivó en el gol de Macará a través de Walder Acosta.

El estadio quedó sumido en un agudo silencio. Sin embargo, los hinchas no tardaron en despetar y largaron más cánticos. El cuadro morlaco siguió intentando, pero los frutos no llegaron sino desde el minuto 55, en el segundo tiempo, cuando Javier Charcopa entró por Enrique Quisphe y dinamizó más el ataque. El ingreso de David Matute también otorgó profundidad.

El Cuenca atacaba en tromba. Con intensidad. Y al minuto 59 halló lo que tanto buscaba: un camino para el gol. Penal. Nicolás Domingo lo intercambió por gol con un potente remate al centro del arco: 1-1.

El estadio era una locura. El cuadro morlaco bombardeaba el arco visitante. Y a veces en el fútbol también las cosas caen por su peso. Minuto 81. Centro para Charcopa y el atacante conecta de cabeza y anota la segunda: 2-1. Absoluta alegría.

El partido terminó y algunos jugadores de tiraron al piso. Charcopa buscó a Rivarola para abrazarlo. Luego, el técnico agradeció a los jugadores: “Ellos son como mis hijos, porque los hijos se matan por sus padres”.

Fuente: eltiempo.com.ec

Enlaces de interés:

Goles del partido D. Cuenca - Macará

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