La cantera fue la boya del Cuenca en la crisis
En la actualidad, 14 jóvenes forman parte del equipo profesional del Deportivo Cuenca. Otros están en Cañar y Tungurahua.
Manuel Quizhpe. Cuenca
Hólger Matamoros y Édison Preciado asisten a las prácticas del Deportivo Cuenca en sus vehículos Chevrolet Aveo, del año 2008 y 2009, en ese orden. El primero, con frecuencia, llega acompañado de su esposa, Enma Yaguana, quien luego toma el control del volante y retorna al hogar.
Mientras Matamoros se entrena, por el lapso de dos horas, ella aprovecha para cumplir otras actividades. Preciado, en cambio, usualmente lleva a sus compañeros, que no tienen automóviles, hasta el Complejo de Patamarca, lugar de entrenamiento.
Ambos futbolistas fueron los primeros que llegaron de otras provincias para sumarse a las divisiones menores del ‘Expreso Austral’, en 2003. Ellos, en la actualidad, son el espejo en donde se miran los nuevos valores que se forman en el club y que sueñan con llegar al profesionalismo.
Las historias de los dos futbolistas orenses, quienes se iniciaron en el Audaz Octubrino, de Machala, son conmovedoras. Hace seis años, en su primera semana de permanencia en Cuenca, por falta de vivienda dormían en las bancas del parque de San Blas y en las de la terminal terrestre.
Preciado recuerda que luego de terminar con alegría las prácticas se encontraban con que no tenían a dónde ir. “La situación fue dura, los ojos se nos llenaban de lágrimas, comíamos arroz con canguil. Pero nunca desmayamos”.
Matamoros, volante de armado, reconoce que las adversidades les ayudaron a madurar. “Sufrir un poco es bueno para superarse, nuestro objetivo siempre fue jugar fútbol profesional”. Él y Preciado están conscientes que aún deben mejorar su nivel.
Después de los futbolistas orenses, en 2004, llegó Jefferson Nájera, quien arribó desde Latacunga para la Sub 16 del equipo cuencano. El juvenil vino recomendado por Jonathan Arroyo, ex futbolista.
En 2007 se incorporaron el arquero Ángel Mosquera, el defensa Henry Cangá, los volantes Fernando Fajardo y Juan Carlos Paredes, quienes se desvincularon de Barcelona. Todos estos jugadores tienen contrato con el club azuayo hasta finales de la temporada del próximo año.
Los cuencanos que juegan en el plantel profesional
Los futbolistas de otras ciudades, desde 2003, se unieron a los azuayos Israel Álvarez (arquero), Cristian Cordero y José Granda (volantes), y Jaime Vélez (delantero), quienes juegan en el plantel profesional. A ellos se suma Raúl Alvarado, quien está a préstamo en Técnico Universitario.
Pero hay más jugadores de las divisiones formativas que salieron a otros equipos. El mejor de todos: Polo Wila (volante), cuyo pase fue vendido a Emelec. Su familia se radicó en Cuenca y desde los 10 años actuó en el ‘Expreso Austral’. Su traspaso fue consecuencia de la crisis del club.
Otro futbolista que se formó en la escuela de fútbol, desde los 10 años, es Juan José Govea, hijo del ex defensa Iván Govea. El delantero juvenil, en los dos últimos años, alterna como titular.
Los jugadores anotados y otros que refuerzan a los clubes de la Serie B son los activos del Cuenca. En Municipal de Cañar, por ejemplo, están Diego Gutiérrez, Jorge Cuesta y Juan Ordóñez.
Otros 29 están distribuidos en clubes de Segunda categoría de Azuay (Tecni Club, Gualaceo, Estudiantes, Gloria, Liga de Cuenca), en El Oro (Audaz) y en Cotopaxi (Star de Riobamba).
En el conjunto cuencano también se formaron Narciso Mina (delantero), actualmente en Barcelona; Koob Hurtado (defensa) y Armando Wila (delantero), en Técnico. A ellos se suma el defensa Walter Durazno, quien juega en Independiente del Valle.
La crisis económica obligó a cambiar de mentalidad
Matamoros y Preciado fueron quienes más obstáculos tuvieron para ser considerados en el rol titular del primer equipo.
Pero la bonanza económica terminó a mediados de 2008 y entonces la crisis se apoderó del club (su déficit pasa el USD 1 millón). Entonces, la dirigencia presidida por Julio León apostó por los jóvenes de su cantera y para ello contrató al entrenador argentino Guillermo Duró.
Paúl Vélez, ex entrenador de las inferiores y actual asistente técnico de Duró, se convirtió desde hace seis años en una suerte de ‘cazatalentos’. Él, en su momento, invitó a ser parte del club a Matamoros, Preciado, Mosquera, Canga, Fajardo, Paredes, William España… Este último llegó este año de Emelec, en donde era Sub 20.
Como DT de la Sub 16, 18 y 20, en años distintos, hizo un seguimiento a los jugadores de los conjuntos rivales. A los más destacados, recuerda, “les preguntaba si tenían contratos con sus equipos y si la respuesta era negativa les invitada a integrar el Cuenca”.
Vélez, campeón nacional con la Sub 20 (2005), se alegra porque ahora Matamoros y Preciado tienen sueldos dignos. Ellos, en los primeros meses, recibían viáticos y dinero para los pasajes de los buses (de USD 50 a 60). Cuando ascendieron el primer sueldo mensual fue de USD 150.
Ellos y otros integrantes de las inferiores, desde 2003, formaron el proyecto 3 000 días. Durante ese tiempo se formaban jugadores con el propósito de llevarlos a la Primera categoría. Con esa iniciativa llegó el DT argentino Daniel Jozami, quien impuso un proceso integral, incluido el académico. Los jóvenes eran mejor tratados, incluso vivían en una vivienda alquilada.
El 50% del actual plantel profesional es de la cantera
Según José Darquea, coordinador de las divisiones menores del Dep. Cuenca, por la coyuntura de la crisis económica el club se apostó por los jóvenes. “Era el momento adecuado, incluso pudo ser antes. En la Copa Libertadores y en el torneo local cumplieron más allá de las expectativas”.
El dirigente destaca que “50% del actual plantel profesional viene de las formativas”. Su criterio es reforzado por Vélez, quien agrega que 14 jóvenes de las inferiores son parte del grupo.
En la actualidad, con la incorporación al Gualaceo (equipo azuayo de Segunda) del golero Ángel Mosquera y del volante Diego Solís, son 31 los jugadores de las formativas que refuerzan a equipos de la Serie B y de Segunda categoría. A ellos se les hace un seguimiento para luego, según su rendimiento, subirlos a Primera.
Darquea destaca que la presencia de sangre nueva significa una economía para club, que no requiere contratar a todo un plantel. “Con ellos se negocia el sueldo para el año y se evitan las primas y préstamos de otros clubes”.
Desde hace cuatro meses, ICE Seguros, de Edwin Astudillo, cubre parte del pago de jugadores y entrenadores. Pero aún falta apoyo, puesto que el presupuesto está entre USD 160 000 a 180 000 al año. Incluye sueldos, transporte, arriendo de vivienda, canchas, implementos y otros rubros.
En la actualidad, 5 00 dólares es lo mínimo que ganan los jugadores jóvenes del primer plantel del Cuenca. Otros ganan de 1 000 en adelante; además como incentivo se entrega 200 dólares por un partido ganado.
Los testimonios de los actores
José Granda.
“En el Cuenca estoy desde la Sub 12. A los 16 años ascendí a la Primera, pero no ganaba nada, me daban USD 5. A los 20 años tuvo mi primer sueldo que fue de USD 150. Este año jugué los 10 cotejos de la Libertadores y pese a ello, no gano lo suficiente. Ojalá me suban el sueldo y pueda mejorar para después llegar a la Selección”.
Cristian Cordero.
“Me inicié a los 12 años con el técnico César Bermeo. El año pasado ascendí al equipo de Primera. En esos ocho años se quedaron muchos compañeros. Llegamos pocos y por el apoyo del DT Guillermo Duró estamos jugando. En la Sub 18 tenía viáticos de USD 60 y 80. Ahora tengo un sueldo fijo. Gracias al DT y a la crisis los jóvenes pudimos salir del anonimato”.
Juan José Govea.
“Comencé a los 8 años, con el entrenador César Bermeo. Por las divisiones inferiores pasaron otros técnicos como Juan Carlos Serrano, Luis Leguizamón y Paúl Vélez. Llegar a Primera categoría es el reto de todos y por eso hay que aprovechar las oportunidades. En las inferiores tenía viáticos por USD 30, ahora ya tengo un sueldo básico y eso me permite estar más tranquilo”.
Jefferson Nájera.
“Tengo cinco años en el Cuenca. Jugaba en el Deportivo Cotopaxi, de Segunda categoría. Es complicado dejar la ciudad, los amigos y la familia, pero por delante está un sueño que es ser futbolista profesional. Ahora quiero consolidarme y salir al exterior. En 2008 debuté en la Primera categoría. Cuando llegué a Cuenca me daban USD 5 para los pasajes”.
Fuente: elcomercio.com
esta es la puerta de nuestro equipo. creo que hay que cuidar a velez paul. ese tipo puede estructurar una buena cantera para que el club crezca. deberiamos contratar a burbano para que trabaje en las inferiores.
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